Dalaran

El reino magocrático de Dalaran, también conocido como la nación magocrática de Dalaran, es una ciudad-estado antiguamente ubicada entre las montañas de Alterac (territorio del reino de Alterac) al norte de los Reinos del Este. Gobernado por el Kirin Tor, Dalaran es uno de los siete reinos que se originaron desde los días de la nación de Arathor. Desde su fundación, la Ciudadela Violeta ha servido como la sede de los magos y el estudio de lo Arcano a través de la historia de la humanidad. El color nacional del reino es el violeta, y su bandera es un ojo amarillo o quizá dorado sobre fondo púrpura.

Historia

Dalaran fue una de las ciudades-estado fundadas durante el Imperio Arathor. Desde entonces, la ciudad ha servido como el hogar del conocimiento y experimentación mágica en Lordaeron y en todo el mundo. Una secta multirracial de magos de élite, conocida como el Kirin Tor, gobernó la ciudad por siglos, observando Dalaran desde la Ciudadela Violeta, una gran y esplendorosa torre en el corazón de la ciudad que guarda la más extensa biblioteca y los más grandiosos laboratorios en el mundo. El príncipe traidor Arthas Menethil asedió Dalaran en la Tercera Guerra. Asesinó a sus ciudadanos, incluyendo al por entonces líder de la ciudadela, Antonidas el Archimago, irrumpiendo en el centro de la ciudad.

Su aliado, el exánime Kel’Thuzad y otrora miembro del Consejo de los Seis, invocó a Archimonde, el líder de la Legión Ardiente. Archimonde utilizó sus abominables poderes para quebrar las torres de la ciudad y destruir sus murallas. Poco después de la caída de Dalaran, los no-muertos dejaron la ciudad a merced del viento y la niebla. Meses después, una fuerza de resistencia dirigida por los magos supervivientes de Dalaran recuperó las ruinas. Concentrando sus poderes mágicos, los magos cubrieron Dalaran en un esfera mágica opaca, aislándose del mundo para iniciar la reconstrucción de la ciudad con seguridad.

Fundación

La segunda ciudad de la nación de Arathor, Dalaran, fue fundada en las tierras al noroeste de Strom, capital imperial. Muchos jóvenes magos que abandonaron los confines de Strom viajaron a Dalaran, donde tenían la esperanza de utilizar sus poderes con total libertad. Los nuevos colonos usaron sus conocimientos para formar las torres encantadas de la Ciudadela Violeta, justo a las afueras de Dalaran, deleitándose en la búsqueda de sus estudios. Los ciudadanos de Dalaran desarrollaron una creciente economía bajo la protección de sus defensores magos, contando con grandes privilegios y comodidad gracias a la magia y generosidad de los hechiceros, quienes a cambio les gobernaban.

Mientras su número e influencia crecía, y cada vez más magos practicaban sus artes, el tejido de la realidad alrededor de Dalaran comenzó a debilitarse y a desgarrarse, permitiendo la entrada al mundo a los demonios de la Legión Ardiente. Estos invasores causaron el caos en las calles y los alrededores de Dalaran, a pesar de los esfuerzos de los Magócratas, los archimagos regentes, para contener el problema. Temiendo una revolución y acciones militares desde Strom, los gobernantes de Dalaran pidieron ayuda a los altos elfos. Los elfos fueron capaces de determinar que los demonios que habían sido invocados podrían ser controlados, pero fue necesaria una solución permanente. Los Magócratas hicieron un trato con el Consejo de Lunargenta, y la Orden de Tirisfal fue fundada, guardianes del mundo.

Bajo la atenta mirada de la Orden, Dalaran se convirtió en el centro de aprendizaje mágico. Los Magócratas fundaron el Kirin Tor, un consejo regente encargado de catalogar e investigar cada conjuro, artefacto, y objeto mágico conocido hasta el momento. La cúpula del Kirin Tor, el Consejo de los Seis, actuaría como gobierno de la ciudad-estado.

La Guerra

Durante la Segunda Guerra, Dalaran prometió apoyar a la Alianza de Lordaeron y asistirlos con una gran cantidad de magos y hechiceros. Se erigieron cuatro torres mágicas, convirtiendo a la ciudad en el santuario de los hechiceros más poderosos del mundo. La ciudad fue saqueada por la Horda, pero pudo ser reconstruida a su anterior gloria. Fue posteriormente atacada de nuevo para robarles el Ojo de Dalaran, un poderoso artefacto mágico.

Previamente a la Tercera Guerra, Dalaran fue el hogar de una increíblemente extensa biblioteca de libros y tomos, así como de algunos de los más grandes hechiceros de la época, incluyendo al archimago Antonidas, Khadgar, Jaina Valento, Arugal y Kel’Thuzad. Fue también el lugar donde el bastón de Medivh, Atiesh, se guardó tras la muerte del mago.

Sin embargo, después de que la Plaga se desatara sobre la tierra, uno de sus primeros objetivos fue Dalaran. La ciudad fue defendida por las Torres Guardianas de Dalaran y los archimagos, pero fue finalmente destruida con la invocación de Archimonde en Azeroth.

El gran demonio arrasó la ciudad creando una efigie mágica desde el polvo, que luego destruyó; las imponentes torres de Dalaran cayeron simultáneamente. Sin embargo, poco tiempo después de la derrota de la Legión Ardiente, fuerzas de la Alianza bajo las órdenes del Gran Mariscal Garithos retomaron las ruinas de la ciudad; muchos refugiados de Lordaeron consiguieron llegar allí.

Los magos supervivientes del Kirin Tor regresaron tiempo después con la intención de reconstruirla, y erigieron una gran cúpula mágica alrededor de la ciudad para protegerla de un nuevo ataque mientras lentamente recuperaban su fuerza.

La Ciudad del Cielo

Con el paso de los años, el Kirin Tor fue dividido por disputas internas, entre los conservadores simpatizantes de por aquel entonces líder, Ansirem el Tejerunas, el sucesor de Antonidas que había creado la barrera protectora y por otro lado, los simpatizantes de Rhonin el Rojo, también conocido como Corazón de Dragón; un poderoso archimago y héroe que hasta entonces nunca se había interesado en la política.

Mientras que los conservadores argumentaban que permanecer aislados del mundo era la mejor opción, la más segura, los seguidores de Rhonin argumentaban que había pasado tiempo suficiente y debían asistir al mundo tal y como había hecho Dalaran en el pasado.

Eventualmente, Rhonin ascendió en el poder como líder del Consejo de los Seis. En un alarde de poder y gran proeza arcana, los magos del Kirin Tor elevaron la reconstruida ciudad, separándose de la tierra y ascendiendo por los cielos. A continuación, trasladaron la ciudad-estado a Rasganorte, donde se estaba librando la guerra contra el Rey Exánime.

Estableciéndose sobre el Bosque Canto Cristal, una región de poderosos nodos arcanos del continente norteño, empezaron a prepararse para asistir al mundo contra la batalla final en Corona de Hielo, capital del Azote. Se declararon neutrales y permitieron el paso de miembros de la Horda y Alianza por igual.

Sin embargo, la neutralidad no era bien recibida para todos. Los altos elfos de la ciudad estaban en contra de que los elfos de sangre se unieran al Kirin Tor. Por ello, crearon el Pacto de Plata, la facción de los altos elfos que iniciaría una guerra fría contra los Atracasol, la facción de los elfos de sangre que deseaban recuperar sus antiguas posiciones en la ciudad magocrática.

Actualidad

Tras la caída del Rey Exánime, Dalaran ha permanecido en Rasganorte, sin planes de futuro para retornar a los pies de las Montañas de Alterac. Su neutralidad, empezó a decaer poco a poco.

En la guerra de Andorhal, librada entre la Cruzada Argenta y los Renegados disputándose el control de las Tierras Plagadas del Oeste, el Kirin Tor apoyó a los cruzados. En completo desacuerdo con los actos de los renegados, quienes alcanzaron la victoria masacrando a refugiados de Lordaeron y haciendo uso de sus armas químicas, los expulsaron de la ciudad y empezaron a romper sus relaciones con la Horda.

Eventualmente, la Horda tuvo sus propios problemas internos y empezaron a abandonar la Cruzada Argenta, razón por la que el Kirin Tor dejó de tener contacto con la facción de los orcos.

La guerra silenciosa entre el Pacto de Plata y los Atracasol alcanzó su culminación con una serie de confusos atentados perpetrados por los elfos de sangre contra los agentes altos elfos. Los Atracasol fueron condenados por el Consejo de los Seis y se expulsó a los elfos de sangre de la ciudad, permanentemente.

Años más tarde, el Consejo de los Seis firmó la alianza con Theramore y el incipiente Nuevo Lordaeron de la Cruzada Argenta, abandonando oficialmente su neutralidad.

En consecuencia, un poderoso enemigo ha surgido del rechazo del Kirin Tor, el Relicario. Una organización de poderosos magos repudiados de Dalaran, fundado por la Lordaeron de los Renegados y Quel'thalas, el reino de los elfos de sangre. Es sabido que la organización está decidida a ser un rival directo a las doctrinas y el poder de Dalaran.

Sociedad

Dalaran cuenta con una escasa población, puesto que ya no cuentan con los habitantes de las tierras colindantes. La mayor parte de sus ciudadanos son magos o aprendices, con excepción de unos pocos individuos sin magia que en su mayoría pueblan el barrio de mercaderes y la pequeña guardia armada del Kirin Tor. La existencia de campesinos es nula, pero cuentan con una poderosa economía y prosperidad gracias a la magia arcana aplicada y diseñada para ello, como también la poseen los elfos en Quel'thalas.

La sociedad de dalaran está muy influenciada por la magocracia, convencidos de que los magos son los óptimos gobernantes y la magia arcana, una herramienta muy valiosa. Su jerarquia funciona por un sistema meritocrático, para ascender se presupone que uno debe ganárselo con esfuerzo, conocimiento y talento. Los religiosos son excepciones muy contadas, aunque muchos de los magos del Kirin Tor respetan a los devotos, no sienten gran interés, prefiriendo la rigurosidad de las ciencias arcanas.

Debido a la histórica pluralidad racial de la ciudad, sus ciudadanos son muy tolerantes y amables con los extranjeros, aunque rara vez los considerarán de los suyos (a menos que sean magos). Es una tarea extraordinariamente difícil conseguir la ciudadanía de Dalaran, puesto que la ciudad está limitada en cuanto a espacio y su sociedad siempre ha sido muy cerrada. Por regla general, solo conceden visados temporales para extranjeros y solo conceden la ciudadanía a los nuevos magos.

En resumidas cuentas, la sociedad de Dalaran es una de las más avanzadas de todas las naciones humanas.